lunes, 15 de noviembre de 2010

Las familias que ahorran son más prósperas


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Cuando se acerca la época navideña, el pago de los aguinaldos, los regalos, año nuevo, tiempo de reuniones, de compartir y preparar platos tìpicos de la temporada, los gastos familiares están a la orden del día. Cuando termina toda la fiesta llega el mes de Enero y todo el dinero se ha ido a mejor vida, desaparece como el viento. La principal causa de malestar económico en muchísimas familias es la falta de planificación. Es cierto que el dinero no hace la felicidad, pero si proporciona algunas facilidades y satisfactores para disfrutar de la vida familiar. Si desea que el factor económico no sea causa de dificultades para ti, sino por el contrario, contribuya a la unión de la pareja y la familia, necesitas establecer ciertas condiciones desde el principio, como lo son: una gran confianza mutua, una lealtad total, una sinceridad continua en el aspecto económico y una detallada planificación de su presupuesto.



Planifica tu presupuesto y dile adiós al despilfarro de dinero


El presupuesto es una distribución realista y equilibrada entre los ingresos y los gastos, el presupuesto puedes hacerlo anual, semestral, trimestral, bimestral o mensual. Debes realizarlo tomando como base el período anterior: los ingresos, los gastos, los incrementos de precios, algunas situaciones familiares (mudanzas, nacimiento de un hijo, ingreso del hijo a la escuela y otros). Si planificas tu presupuesto de manera detallada y organizada, tomando muy en serio tus ingresos y egresos, ten la seguridad que el ahorro familiar no será un problema para ti. Propónte desde hoy dividir los gastos en categorías y prioridades.

Los gastos se pueden dividir en tres categorías:


1)Gastos necesarios. Son aquellos de los que no podemos prescindir: la mensualidad de la compra o el alquiler de la vivienda, alimentación, ropa, mantenimiento de la vivienda, servicios (electricidad, gas, agua, teléfono, condominio), transporte (autobús, taxi o mantenimiento del vehículo), gastos médicos, educación y vacaciones.

2)Gastos útiles. Son aquellos que mejoran el estado de las cosas y las personas: aparatos electrónicos (televisor, reproductor de sonido, video, lavadora, calentador), juguetes, cursos de capacitación, actividades deportivas para la familia, libros recreativos, reparación de muebles o electrodomésticos, remodelaciones, etc. De estos gastos debes saber prescindir de cualquiera de ellos, en caso de no ser necesario o útil.

3)Gastos superfluos o poco importantes. Son los que deberíamos permitirnos una vez cubiertos los gastos necesarios y útiles, así como el ahorro para imprevistos. En esta categoría podríamos mencionar: viajes de placer, objetos de lujo, organización de fiestas y membresías de clubes.

Algunas familias, con un positivo sentido de fraternidad y solidaridad con los demás, apartan en su presupuesto un porcentaje destinado a la ayuda social y obras de caridad. Esto no significa que debemos dar limosna a todo aquel que se nos cruce en el camino, ya que estaríamos contribuyendo con su miseria, pienso que no es la manera correcta de ayudar realmente a alguien. Es mucho más gratificante contribuir con causas útiles a la comunidad.

La buena realización del presupuesto nos proporciona seguridad económica de la que se generan la paz y la tranquilidad en el aspecto económico.

Ahorrar es el camino seguro hacia la prosperidad

¿Cómo podemos afrontar mejor nuestros pagos?, ¿qué podemos hacer con nuestros ahorros?. Un poco de orden en la contabilidad familiar puede ayudarnos a distribuir gastos y ahorrar para el futuro. Es el momento para registrarlo todo con detalle, esta es la clave de la contabilidad, una valiosa herramienta que nos informa sobre nuestra situación económica en un momento determinado. Además, mediante anotaciones sistemáticas de los ingresos y gastos, nos permite conocer la evolución de la unidad económica familiar, de modo que hasta nos sirve para efectos tributarios.
Para tener una visión objetiva por dónde entra y sale tu dinero sólo tienes que clasificar los presupuestos detallados con un seguimiento de los gastos, por ejemplo de colegio, gimnasio, teléfono, agua, electricidad, dinero de bolsillo, etc. Una vez hecho esto, podrás analizar cómo y cuándo se producen los gastos, cómo se reparten por meses, y podrás crear un calendario de pagos con el momento idóneo para satisfacer los recibos pendientes.

No es difícil, y no es necesario poseer conocimientos previos de contabilidad, sobre todo si utilizamos cualquiera de los programas informáticos especialmente diseñados para administrar las finanzas domésticas o simplemente papel y lápiz, en definitiva, tu controlarás la economía de tu hogar. Las familias, como entidad económica, están muy desamparadas frente a este tipo de desastres, así que lo único que se puede recomendar es prudencia y ahorro.

Pensamiento: “El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro”Benjamín Franklin


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