martes, 3 de agosto de 2010

¿Te gusta oir o escuchar?

No te ha pasado que saludas a alguien y te dice "Hola, còmo estàs? y la otra persona te responde "Hola, còmo estàs? A veces, eso me da risa pero a la vez reflexiono sobre la importancia de ser escuchado.
Generalmente nadie escucha a nadie, pues mientras otra persona habla, nuestros pensamientos van de un lado a otro y; juzgamos, planificamos, criticamos, nos preocupamos, pensamos que el otro está equivocado y preparamos nuestra estrategia para descalificar a quien nos habla.

Recordamos los asuntos pendientes y sólo captamos la mitad de lo que nos están diciendo. Saber escuchar es la clave para el éxito de una relación de pareja, de amistad y de negocios.

Hoy en dia todos queremos hablar y hay muy pocos dispuestos a escuchar. Una persona me comentaba en estos días que ya sólo saluda a sus clientes diciéndoles ¡hola!, porque si agrega la pregunta: ¿Cómo está?, inmediatamente viene una respuesta larguísima acompañada de la historia en detalle de todos sus males personales.


Bien sea que esta persona se siente cansada para cargar con las historias de los demás o porque estamos agobiados con tantas cosas pendientes que tenemos en la cabeza o porque definitivamente no tenemos el hábito de escuchar sino que hemos desarrollado la capacidad de hablar todo el tiempo y sin parar, no nos escuchamos lo suficiente.

La comunicación es una calle de doble vía y es más sabio muchas veces escuchar con atención a los demás, que hablar. No saber escuchar provoca errores y la mayoría de nuestros conflictos personales. El mal oyente reclama la atención de quien habla, piensa en lo que dirá entretanto, interrumpe para controlar la conversación y generalmente se aferra a sus opiniones.


Algunos de los obstáculos de la comunicación son: Un ambiente lleno de ruido donde se nos dificulta hablar y escuchar a la otra persona; los prejuicios, las ideas y la actitud que tenemos con respecto a nuestras diferencias con los demás; el estatus, porque atendemos a aquellas personas que nos parecen más importantes y preparadas que otras; el pensar sólo en la satisfacción de nuestros propios intereses; y el ruido interior que nos impide prestar atención al mensaje o a la persona que nos habla.

Para ser un buen oyente tenemos que dejar de lado nuestros propios asuntos y escuchar a la persona con un interés genuino, que nos permita comprender su historia. Un buen oyente no es la persona que analiza las palabras y su significado conceptualmente, sino el que logra que la persona que habla se siente apreciado y motivado a expresar sus ideas y sentimientos.

Escuchar significa atender totalmente a la persona que nos habla, sin interrumpirlo, sin juzgarlo o criticarlo. Implica muchas veces dejar lo que estamos haciendo para prestarle un poco de atención. Cuántas veces le hablas a tu pareja de algo importante mientras él o ella están viendo televisión o leyendo el periódico... te contestan mecánicamente, tú le dices que no te presta atención y te responde casi literalmente tu frase final... ¿Cómo te sientes? Estoy segura de que lo que te gustaría es que apagara el televisor o cerrara el periódico y te pusiera atención.

Bueno eso sucede igual con las amistades, imaginate con esto de la tecnologia, los moviles (con mensajes de texto y las redes sociales incorporadas,juegos incluidos y muchas cosas mas). Uno habla con alguien y resulta que en vez de prestarte atenciòn andan oyendo, repitiendote la ùltima frase que dijiste mientras ve su movil. Igual mientras cocinan, comen y realizan cualquier actividad, donde no estàn contigo sino en lo que ellos estàn haciendo. Logicamente allì no hay comunicaciòn.




Quienes trabajamos con personas a travès de los medios de comunicaciòn, debemos tener en cuenta esta formula: Buscar que quienes nos oyen realmente nos escuchen. Ya que, practicamente uno habla solo por escrito, por radio e inclusive por TV. Mientras que los oyentes estàn haciendo miles y diferentes actividades a la vez. Es increible! pero cierto.Allì, a veces solo te oyen, te leen o te ven pero no te escuchan o prestan atenciòn.
Cuando nos escuchan, nos sentimos queridos e importantes, además muchas veces ocurre que después de contarle nuestra historia a un buen amigo, como por arte de magia, alcanzamos la claridad que nos permite reconocer la salida o la solución y todo esto, sin que nuestro amigo haya abierto la boca para darnos su sabio consejo. Así funciona la magia de escucharnos y apoyarnos en todo momento. Prestar atención al escuchar es un gesto de amor.

La gran diferencia de oir y escuchar es, por ejemplo; tu colocas una canciòn y empiezas a hacer otra cosa (hablar por telefono, cocinar, caminar,conversar con alguien mientras la cancion suena de fondo) allì estàs solamente oyendo. Escuchar es prestar atenciòn del mensaje y hasta puedes utilizar el significado para aplicar algo a tu vida. Incluso, sucede que de tanto oir una canciòn te la aprendes de memoria y sin ni siquiera saber que significa ni que quiere decir.

Una anecdota que comparto contigo es: Una persona de nacionalidad portuguesa una vez cantaba una canciòn y le dije que lindo lo que dice el mensaje de esa canciòn y ella me dijo hay ni idea que quiere decir. Otro ejemplo fue, una vez en la playa se escuchaba en el aire una voz que cantaba "Hacer el amor con otro" y mientras yo buscaba quien cantaba la persona venia saliendo del mar y para mi sorpresa era un niño como de 10 años. Yo pensè, que impresiòn ese niño no sabe ni lo que està diciendo jajajaja. Pero esas cosas suceden.


Lo mejor de todo es que podemos aprender a escuchar bien
GUARDA SILENCIO. Mientras la otra persona te habla, mantén un silencio respetuoso y atento. Si te es posible, mírale a los ojos, de esta manera sentirá que le atiendes y que te interesas por sus ideas o vivencias. Evita interrumpirlo para opinar o criticarlo con ligereza. Espera hasta que haya finalizado para compartir con él tus comentarios.

MUESTRATE INTERESADO. Puedes hacer gestos afirmativos mientras te habla para mostrar que estás siguiendo la conversación. También puedes usar frases afirmativas, como: "Entiendo cómo te sientes", "Estoy seguro de que harás lo mejor"; sirven para darle confianza a nuestro interlocutor y al mismo tiempo, muestran nuestro interés en su historia y el deseo sincero de apoyarlos.

RESUMIR LA CONVERSACION. Asegúrate de que la persona terminó de hablar preguntándole: ¿Ya terminaste? ¿Quieres decirme algo más? Y luego hazle un resumen de sus ideas para asegurar la claridad de la comunicación y tu comprensión de su historia. Además, así le haces saber a tu interlocutor que estás esforzándote por comprenderlo.

APAGA TU MENTE. Mientras escuchas a la otra persona deja de pensar en que tus ideas, planteamientos o decisiones son mejores. Concéntrate en el deseo de comprender qué siente, cómo piensa, qué sabe y qué puede aportar a tu vida en este momento. Muéstrate abierto a los puntos de vista de los demás, sin juzgarlos y sin anticiparte a lo que la otra persona va a decir. Recuerda de vez en cuando detenerte para darle espacio a la otra persona de expresar sus ideas o hacer sus comentarios.



Practica escuchar con atención y con amor a tus seres queridos, tal vez descubras que son personas diferentes a las que imaginabas... Darles un espacio respetuoso y seguro donde puedan expresarse, los hará sentir queridos y especiales.
Escucha con el ciento por ciento de tu atención. Muestra que tu atención es activa. Escucha con tus oídos, con la mente, con el espíritu e, incluso, con tu actitud.
No hay nada más molesto que la persona que escucha mire el reloj, golpee con sus dedos el escritorio, observe por la ventana, se cambie de posición o bostece.

Mantén la conversación. El éxito social consiste en desarrollar la habilidad de sostener una buena conversación. Escucha con tranquilidad y no te desesperes buscando la manera de contar tu historia al mismo tiempo.
Hacer esto no significa que no tienes nada que decir; por el contrario, muestra que estás muy interesado en lo que estás escuchando y que quieres oír más. Son muchos los que hablan, pero, en realidad, muy pocos los que escuchan.

Sintonízate con la conversación: Si tu amigo te está hablando de la cantidad de problemas que tiene en la oficina, no le digas que eso nos pasa a todos, más bien cámbiale la conversación. Desarrolla la sensibilidad necesaria para comprender lo que la otra persona te está diciendo, si no, seguramente interpretará que no te interesa su comentario. Permite que tu amigo descargue sus sentimientos o aclare sus problemas.

Descifra detrás de las palabras el verdadero mensaje. A menudo suele sucede que vas a un Banco, estàs en el Supermercado y hasta en tu propia casa alguien grita o dice cosas que te preguntas...y a este què le pasa?No respondas, eso de pie para que se entre en una discusiòn.
En realidad lo que quiere decir la persona en cuestiòn es que ha tenido un terrible día en la oficina, que tiene mucho estrés, que está preocupado, entre otras cosas; y si sabes escuchar, reconocerás el dolor, la frustración o el cansancio en sus comentarios.
Conservar la calma, antes de responder a ese tipo de comentarios de forma agresiva y defensiva, ayudará a la persona a expresar sus sentimientos, ademàs, evitarás una pelea entre tu la persona que està gritando a los cuatro vientos su sufrir o cualquier otro sentimiento negativo.

Yo recibo correos con problemas de todo tipo, pero la mayoría de las personas no quiere en realidad consejos. Muchos sólo buscan a alguien que escuche y con quien puedan compartir la carga que los agobia.

Escuchar es un acto sublime de amor con el prójimo, es una acción desinteresada que nos permite escapar del frío de la soledad y el aislamiento para entrar en el círculo del calor humano, de la amistad, de la solidaridad y la comprensión.
Como dice esta frase: Todo está dicho, pero como nadie escucha,hay que repetirlo SIEMPRE










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